Cuando hay trastornos en los ciclos de actividad y descanso, aumenta el hambre y el antojo de comidas con alto contenido de calorías, señala un estudio de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Además las alteraciones en los turnos de trabajo causan desajustes, siendo un factor de riesgo de obesidad.

Los procesos fisiológicos de los seres vivos operan en un ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas. Estos los generan los seres mismos, pero pueden influir los factores externos como la exposición a la luz solar; explica elsiglodetorreon.

Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo. Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo

National Institute of General Medical Sciences

En un estudio del Hospital Brigham y de Mujeres, de la Universidad Harvard, en Massachusetts (EUA), encontró que los cambios en los ritmos circadiano produjo una disminución en las hormonas de la saciedad en la mujeres, aumentando el apetito.

Mientras que en los hombre incrementa el antojo de comidas sazonadas y con alto contenido calórico.