Un plan restringido de horarios de comida puede ayudar a tener la glucosa bajo control.

Es conocido que la dieta y el estilo de vida, influyen en el riesgo de desarrollar diabetes tipo II.

Consumir alimentos saludables, ayuda a controlar el peso y evitar la intolerancia a la glucosa, una incapacidad del cuerpo para procesar el azúcar en la sangre.

Recientes investigaciones han descubierto que no solo es importante controlar qué y cuánto, si no también los horarios de comida.

Implica respetar un período de tiempo restringido, por ejemplo entre las 9 y 18 horas.

En la Universidad de Adelaide, en Australia, y el Instituto Salk para Estudios Biológicos, en La Jolla, California; realizaron un ensayo con 15 hombres en riesgo de diabetes tipo II.

Los participantes, de entre 30 y 70 años, acordaron comer sus comidas en un tiempo de 9 horas diarias, de 8 a 17 horas, ó 12 a 21 horas. Todo con una dieta normal.

Luego de medir la glucosa en la sangre, se reveló que los modelos con restricción de tiempo mejoran el control del azúcar.

Aunque hay que señalar que es deseable una investigación con mayor duración para comprobar la efectividad de éste patrón.

Con información de Medical News Today