En la Universidad de Chicago descubrieron que un sueño deficiente podría influir, hasta en un 55%, en la pérdida de grasa.

Pero algunos ajustes en la rutina pueden mostrar cambios significativos:

1. El sueño optimiza y regular las funciones corporales, incluida la forma en que usa y almacena la energía calórica. La leptina mantiene el apetito bajo, mientras que la grelina estimula el hambre. Dormir bien reduce la grelina y aumenta los niveles de leptina.
2. Realizar la misma rutina antes de acostarse programa a los activadores del sueño, con el tiempo el cerebro comenzará a asociar esas cosas con la hora de acostarse.
3. Realizar ejercicios de resistencia antes de dormir puede ayudar a tener mayor tasa metabólica en reposo después de su entrenamiento; según el diario International Journal of Sport Nutrition
4. Intentar escribir una lista de las tareas del día siguiente, puede hacer que la vida parezca más manejable, y tener un turno de sueño más relajante.
5. Realizar una rutina de cardio antes de acostarse, como caminar o andar en bicicleta, puede ayudar a quemar grasa abdominal.
6. Nuestros antepasados sabían que las caídas de temperaturas eran una señal para dormir, tomar un baño o ducha, puede recrear ese momento.
7. Exponerse al brillo nocturno de un televisor o una computadora no nos permite descansan lo suficiente y podemos sufrir malos hábitos de estilo de vida
8. Comer comidas pequeñas y ricas en nutrientes durante el día sirve para mantener su metabolismo en marcha.

Con información de eatthis