¿Sabías que tu intestino delgado es como tu cerebro?
Desde un punto de vista fisiológico, nuestro intestino delgado funciona como un segundo cerebro debido a que contiene casi la misma cantidad de neuronas.
Al igual que el cerebro, nuestro intestino delgado experimenta una gama de emociones aunque en este caso, los sentimientos se manifiestan con problemas gastrointestinales.En nuestro cerebro, la reacción a las acciones y sentimientos se perciben de la siguiente forma:
- Amor: cuando tu pareja tiene tu mano.
- Locura: cuando se olvida de un aniversario.
- Humillación: cuando te caes y la gente ve.
- Ira: cuando discutes.
Nuestros intestinos hacen lo mismo, reaccionan a los alimentos que entran a través de un efecto anti o pro-inflamatorio. Dependiendo del tipo de acciones o clase de alimento que tomes, tu intestino delgado puede sentir:
- Molestias leves: algo de hinchazón.
- Ira: gases.
- Terquedad: estreñimiento.
- Enojos fuertes: diarrea, colitis.
Debido a que nuestro intestino delgado es considerado por los especialistas el segundo cerebro y el 95 por ciento de la serotonina del cuerpo se encuentra en el intestino, lo que sientes influye en la forma de comer, y lo que comes influye en cómo te sientes.
Cuando comemos alimentos que nos hacen sentir mal, o que nos dan corto placer (azúcar, chocolates, antojos), contribuye a la inflamación y el aumento de peso.
En resumen, cuando estamos atrapados en un ciclo de sentirnos mal y comiendo peor, vamos a crear una respuesta de estrés químico en nuestro cuerpo que termina con el estacionamiento de la grasa en nuestro cuerpo.
La mejor manera de saber cómo estamos actuando, comiendo o reaccionando es echar un vistazo la cantidad de grasa que tenemos en el vientre. Cuanto mayor sea la cintura, mayor es el estrés.
Es por eso que mi propuesta siempre será revisar tus hábitos de vida. No olvides consultar todos los consejos que escribí en mi libro “Elige Estar Bien con mis 1001 tips” de venta en Office Depot, para tener tu propio plan de nuevos hábitos.