Cómo nuestra dieta afecta el cerebro
Puede ser que hayas experimentado los efectos a corto plazo de lo que la comida hace a tu cerebro: después de comer mucha azúcar te aceleras. Cuando tienes mucha hambre puedes sentir como se te nubla el pensamiento. Si eso sucede a corto plazo, veamos los efectos a largo plazo.
Empieza desde que estamos en el útero y hasta la vejez, la dieta que llevamos no solo afecta a nuestro cuerpo sino también a nuestro cerebro.
Una mala alimentación te puede llevar a problemas médicos graves tales como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
La dieta también influye en el cerebro. Puede aumentar el riesgo de trastornos mentales y enfermedades neurodegenerativas. Investigadores han descubierto relación en cómo lo que comemos afecta nuestros antojos, estado de ánimo e incluso nuestros recuerdos.
Desde el útero
La preferencia alimenticia se desarrolla en el útero. Estudios demuestran que si la madre se alimenta de la manera correcta, los bebés a la hora de la ablactación no tendrán problema a adaptarse a la comida saludable, esto debido a que, desde la concepción ha recibido las preferencias de comida y al cerebro ‘se le ha cambiado el chip’.
Azúcar
Datos de una encuesta realizada en el 2008 reveló que los adolescentes que consumen más bebidas azucaradas -la adolescencia es un momento crucial para el desarrollo del cerebro- aumenta las hormonas de estrés, lo que puede provocar problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
Obesidad y memoria
Algunos estudios han encontrado un vínculo entre el peso corporal y el tamaño del hipocampo, un área del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria.
En un estudio realizado por investigadores australianos encontró que, personas de aproximadamente setenta años con sobrepeso u obesidad, tenían más pequeño el hipocampo que las personas con un peso saludable.
Además en el transcurso de ocho años, el hipocampo de todos se contrajo pero el de las personas con sobrepeso fue mayor la pérdida.
Nuestros cerebros son esculpidos por lo que comemos. Si es demasiada grasa o demasiada azúcar puede haber consecuencias permanentes para nuestra función cerebral.
Mantener nuestros cerebros en forma es una razón más para considerar nuestras dietas.
Información: brainfacts.org