Son varios los riesgos de la obesidad, como las enfermedades cardíacas y la diabetes.

La obesidad y la resistencia a la insulina rompen la barrera
hematoencefálica (un sistema de protección contra la entrada de sustancias extrañas), originando problemas de de aprendizaje y memoria, señala el Colegio Médico de Georgia (Estados Unidos).

La activación crónica de la Adrenosina A2 en la células endoteliales (situada en el interior de los vasos sanguíneos), que recubren esta barrera del cerebro, puede permitir que los factores de la sangre ingrese al cerebro, afectando la función de las neuronas.

En el cerebro, la adenosina es un neurotransmisor que ayuda a dormir y a regular la presión arterial; también apoya las relaciones saludables entre la actividad cerebral y el flujo sanguíneo.

El problema surge cuando hay activación crónica, que es lo que sucede en la obesidad. Aumentando el deterioro cognitivo a medida que se envejece y la mayoría de los cambios estructurales relacionados con el hipocampo, el centro de aprendizaje y memoria.

Con información de sciencedaily